Plegarias/Mandas


Sonando::

Compatibilidad::


Contador gratis

¡ShámeShá!..YTendráUnaFamiliaFeliz

Leyendo el último texto de La ALEnígena procedente de Venus, me he motivado a terminar esto que lleva varios días guardado en los anales de mi archivo de borradores, y que ya estaba empezando a oler como los quesitos de la francesa gorda de las noticias:


En mi casa tenemos contratado uno de esos ya múltiples servicios triples de teléfono-internet-cable, aquellos que promocionan en la tele con comerciales en donde aparecen familias "muy bien constituidas", en las cuales ningún integrante tiene facciones mestizas o simplemente no-rubias o no-castañas [parece que para ser una familia "bien constituida" es inconcebible no tener ojos claros ¬¬] y en los que además se juntan alegremente a ver televisión...

...En un alegre ambiente de calidez...

...Y en una alegremente bien decorada sala de estar...

...Todos, con una alegre y sempiterna sonrisa en sus lozanas carotas.

Pues bien, este sintético contexto me hizo reflexionar, más allá del evidente racismo implícito: ¿Qué familia en la actualidad tiene esa costumbre de "reunirse" a ver tele? Sin generalizar, muy pocas. Viendo el caso de mi hogar, el más cercano que tengo, con suerte yo y mi hermano [perdón... mi hermano y yo] duraremos algo así como 1/2 hora y: (1) al primer descuido el uno le quita el control remoto al otro, con la consiguiente pelea de rigor; o (2) el sometido a la voluntad del que ostenta el Poder [nótese la mayúscula] se aburre y se va a la otra pieza a ver lo que quiere o a hacer quién sabe qué.

Pero es que, ¿cómo se cumplirían esas soñadas sesiones de "sapeo" familiar, con más de 30 o 40 canales promedio para sapear, dependiendo el plan? [ni mencionar los que rondan la patológica cifra de ¡300!] En estos tiempos, y aquí saco al sociólogo frustrado que llevo dentro [mentira, ya no me interesa la sociología porque la malla de la carrera tiene muchos ramos matemáticos ¬¬] y con las múltiples variedades temáticas de cada uno de ellos, es casi imposible que en nuestras familias coincidan los gustos, menos en aquellas que aparecen en la publicidad, que son numerosas y cada persona tiene una edad diferente elegida con pinzas. Así, y analizando los estereotipos de estas familias de mentira que salen en la tele, el papá [rubio] va a querer mirar la final de la Liga de Campeones entre el Liverpool y el Milan; la mamá [rubia], en cambio, el programa del Coco Pacheco en el canal de cocina [?]; el hijo mayor [HIJO, porque en una familia bien constituida el primogénito es varón... ¡ah! y rubio] el canal de música, porque debe ser músico, o pretender serlo, y ojalá esté viendo la tele con las baquetas en la mano; la hija menor [rubia] enterándose de los escándalos recientes de los tabloides "joligudenses", no criollos, porque son muy rascas, en el canal de espectáculos latino [gracias Ale, me costó el ejemplo de la hija hueca]; y por último la guagua, que no es rubia, es calva, ni siquiera tiene cejas, y su cabeza redonda es tan pepona que no se sabe si es niño o niña el engendro, igual ve tele, esos monitos educativos y en 3-D, porque los planos son fomes y pasados de moda.

Ése es el estereotipo de familia que la sociedad nos inculca día a día y en todos lados, señoras y señores: linda, sedentaria... y que ve tele, y toda reunida, hasta la guagua... ¡qué mal ejemplo!... El cable, más que reunir a la familia, la separa por la enorme variedad de opciones, y no digo que esto de las múltiples alternativas sea malo, no del todo... pero no vengan a vender la pomada con ese retrato idílico porque es mentira!, no pasa ahora, pasaba antes, cuando había un solo canal que elegir o 2, en blanco y negro, y concienzudamente censurado por los Pulentos de la época.

Bueno... al menos el costo de la diversidad cuesta solo QUÉ! ¡¿$135.630?! Pero si el folletito decía que el plan básico costaba solo $9.990 mensuales... ¡DÉMET!

Post-Scriptum: agradezco a los 4 opinólogos del texto anterior [Jarol, Ale, Tae, Leo en orden de llegada] por sus comentarios... todos me dejaron reflexionando de algún modo. Y la verdad es que no los esperaba [esto es un blog, no un fotolog, a lo sumo esperaba 1 posteo, y con suerte].

¿PoderHacerloMejor..O..PoderHacerLoMejor?

Este es el dilema que más me ha rondado en la cabeza durante estos últimos meses. ¿El motivo? La kamikazística entrada en la etapa universitaria de mi vida. Mirando fríamente el panorama [que fue lo que hice en enero, cuando postulé] estudiar Derecho [Dº] no era para nada una mala idea: no para alguien como yo, un común y silvestre humanista, empedernido y terminal, a lo que hay que sumarle a la mezcla, además, que nunca tuve claro qué estudiar una vez finalizado el colegio [y que producto de ello pasé por varios periodos de angustia, sobretodo el año pasado]. Como dije antes, Dº "parecía ser" la mejor opción para un humanista indeciso: campo laboral inmenso, solo superado por la percepción económica que podía gozar una vez egresado, todo esto, claro, siendo un buen abogado para cobrar caro [sí, es evidente que estaba mal enfocado en ese momento]


Estos factores me darían amplias opciones de seguir otro rumbo si no me llegaba a "enamorar" de las leyes. Un gran ventanal con vista a un extenso páramo, de esos con pajaritos cantando y liebres saltando, y donde todo es repugnantemente bello, por donde escapar en caso de incendio. Pero los cálculos fallaron, y se produjo antes de lo previsto, arrasando con todo, destruyendo los frágiles cimientos que alcancé a levantar, y sin tener la alternativa de salvar las pocas pertenencias que traje conmigo ni siquiera por la mísera ventanita del baño, simplemente porque no existía, no alcanzó a construirse.

A pesar de este poco [nada] favorable panorama, me considero afortunado. Sí, porque el siniestro pasó ahora, al principio de todo, recién a mis 18 años. Ojalá no hubiese pasado nunca, eso habría sido lo mejor, pero el haber abierto los ojos lo antes posible, aprendiendo de manera abrupta y violenta, pero pronto, que no te conduce a ningún lado escoger la opción objetivamente, socialmente y económicamente mejor si para uno y su realidad definitivamente no lo es... Qué frustrante debe ser para las personas que ya cobrando su jubilación se percatan que pasaron toda su vida autoengañándose tontamente, que se la cagaron tratando de hacer mejor algo que nunca los apasionó, y caen en la cuenta de lo insignificantes que fueron los obstáculos que los frenaron a hacer aquello para lo que de verdad eran buenos, donde podían dar lo mejor de sí, porque se trataba de la realización de sus sueños, de su propia felicidad... ¿Cuántos talentos se pierden así?

Poder hacerlo mejor o poder hacer lo mejor... Creo haber encontrado la respuesta... Y por mi salud mental, estoy agradecido.