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ElQuisco

Me parece que ésta fue la 1ª vez que paso el Año Nuevo fuera de la ciudad de turno en que vivo. Y creo que la experiencia fue bastante buena: partimos con mi familia el domingo 30 rumbo a esta localidad costera de la 5ª región, a la casa de... bueno, nunca entendí bien de quién era la casa, pero la cosa es que la pasamos con la familia de la pareja de mi madre [¿se acuerdan? la misma con la que pasé Navidad].

Vayamos por parte: la ciudad en sí no es la patá voladora de balneario, de hecho lo más atractivo era la playa rocosa y el centro [como 3 cuadras], y lo demás eran puros caminos de tierra de subidas y bajadas, ya que está rodeada de puros cerros. Me recordó algo así como una mezcla entre Coquimbo [pero no tan sucio] y Valpo [pero no tan bonito]. La casa estaba ampliándose, no era muy grande, por lo que tuve que dormir en carpa en el patio junto con mi hermano y algunos hijos de la familia. Aunque al principio la idea no me alentaba mucho, al final salí ganando, porque las 2 guaguas que estaban no dejaron dormir a los de adentro, ya que empezaban su berrinche a las 7AM y de ahí no paraban [consideren que nos íbamos a dormir PROMEDIO a las 4]. Y era tal el griterío, sobretodo del pergenio de 2 [el otro tenía meses] que incluso un día nos despertó a los que estábamos afuera. Igual nosotros no la sacamos tan barata, porque en la mañana anterior me desperté por el insoportable calor que había dentro de la carpa y en la siguiente fue una jauría de perros que se puso a pelear a esa misma hora [perros de mierda, los odié en ese momento, uno hasta se pudo colar al patio y se puso a ladrar ¡al lado de la carpa!]. Pero lo mejor era la inmensa quebrada que rodeaba la casa, llena de verde y caminos sinuosos que recorrimos, y era ideal para sentarse a leer bajo la sombra de un pino teniendo aquel paisaje como telón de fondo [La Taza de Oro de John Steinbeck]. Pero de mi momento místico poco pude disfrutar, porque había una cabra chica, que solo nombraré como "niña extraña" para evitarme problemas [si es que alguien presente ahí alguna vez llegara a leer esto], como de 14 o 13 años que no paraba de molestar, y dándomelas de siquiatra podría decir que tenía una severa inclinación a invadir el metro cuadrado personal de los que iba conociendo, ya que luego supe que Niña Extraña también molestaba a mi hermano y los demás me dijeron que desde chica es así... Igual le paré el carro en la playa, já.

Para el 31 se hizo un asado y en la noche nos fuimos a la playa a ver los fuegos artificiales. Bajamos a eso de las 9:30, y pensaba que como en La Serena ya estaría llena a esa hora, pero no, recién como a las 10:30 el lugar comenzó a convertirse en hormiguero y suciedad. Después de unos cuantos vasos derramados y de bastante arena en los zapatos llegó el 2008. Abrazos, sonrisas, cábalas... y se abrieron los fuegos. Duraron harto, como media hora, en la mitad guatearon un poco pero el final fue espectacular. Luego el bailoteo, obvio, "era que no", pero... ¡SE FUNÓ! Aparte de que la música en vivo era bastante penca [y como a las 2AM dejó de sonar], uno de los matrimonios había discutido todo el día, cosa que no me había dado cuenta hasta que el esposo se desapareció sin más ni más, dejándonos a todos pagando en la playa. Y como no le avisó a nadie, ninguno sabía donde estaba, y créanme que hacer eso estando ebrio es la peor idea que se te puede ocurrir, y hacerlo pa un Año Nuevo, la hací de oro. Imagínense que al otro día lo querían linchar en el almuerzo. Y no exagero.

A pesar de todos los percances vividos [y pucha que fueron hartos], me quedo con lo bueno: agradezco la hospitalidad de esa gente, la mayoría me cayó bien, sobretodo los niños; la playa, mi pulsera de cuero que compré en la feria artesanal, las HORAS de conversación, la expresión de mi mamá cuando recolectaba cocos en el bosque de pinos al otro lado de la quebrada [no paraba de hablar de todas las ideas que se le ocurrían para hacer adornos con los frutos secos] y sobretodo la sana sensación de extrañar lo que uno tiene, y con esto me refiero a mi blanda cama y la tibia agua de mi ducha teléfono... Pero lo más loco es volver a la realidad luego de varios días de desconexión con el mundo exterior: en serio, de una enterarse
que renunció el Ministro del Interior, que Bill Gates se retira de Microsoft [aporte de la Ale, "se está acabando el mundo", me dijo] que murió Julio Martínez [¿y que hasta quieren ponerle su nombre al Estadio Nacional?], y que hay un montón de programas nuevos en la tele que por lo menos superan a ese canto a la creatividad que es Pelotón 2... Es como raro.

Bueno, y lo más importante e INTERESANTE [porque vaya que he dicho puras huevadas intrascendentes en esta entrada] fue la visita a Isla Negra, la última casa de Neruda, que publicaré en la siguiente entrada porque aun no me llegan las fotos que mi acompañante logró sacar dentro [no se podía, pero nosotros somos chorizos, obvio].

Hasta la próxima bellacos.