EntreJuegosYDeberes

¿Se acuerdan que cuando éramos chicos nuestras más grandes preocupaciones eran algo así como si nuestros papás habrán encontrado la bicicleta correcta para Navidad, o terminar rápido la comida porque tus amigos estaban afuera esperándote para jugar? Una de las cosas que más recuerdo era que nunca sabía con certeza si era lunes, jueves o domingo. Y eso era GENIAL.

Es cierto, cuando chico vivía en una burbuja. Todos vivíamos en una. Y más de alguna vez cometimos la estupidez de anhelar la adultez, ¿pero cómo íbamos a saber que ser un adulto está totalmente sobrevalorado [si ni siquiera sabíamos lo que 'sobrevalorado' significaba]? O sea, en serio, no se engañen con los carretes de fin de semana, las relaciones de pareja o la mentada "libertad" sin tener que pedirle permiso a tus padres por cada cosa que hagas... La adultez es sinónimo de responsabilidad. Y las responsabilidades APESTAN.

Lo más tedioso con lo que he tenido que aprender a lidiar por estos días es con los trámites. Papeleos, notarías, viajes de un lado de la ciudad a otro [varias veces al día], el calor, el estrés, las filas, los "saque su numerito" [cómo detesto esas maquinitas rojas], y a todo esto tener conciencia que al lado tuyo hay más personas que están igual o más urgidas que tú, por lo que hay que procurar no explotar en cólera, histeria o llanto en su defecto... Mal. Estoy agotado escribiendo esto, estrujado, ojeroso y adolorido. El sábado vi amanecer, anoche me acosté tarde también, ¿y hoy? ¡A las 8 levantado mierda! Tuve que ir a la U a repactar deudas para poder inscribir los cursos para el próximo año. Hubo un momento en que todo estaba saliendo mal, y ya me veía el 2008 de vago, sin estudiar.

Los adultos se pasan el día yendo de acá para allá haciendo un sinnúmero de cosas para ganarse la vida y poder pagar las cuentas... Así, el panorama de los juegos de media tarde y la bici envuelta en papel de regalo parecen idílicos, ¿cierto?

Cuando fui a ver Buscando a Nemo con mi hermano, recuerdo que me pasé la película muerto de risa, no porque fuera particularmente chistosa, sino porque ha sido la única que de alguna u otra forma me llevó de nuevo hacia la infancia. Aunque fuera solo por unos instantes, los disfruté al máximo.


A veces me gustaría ser como el personaje de Dori, y tener "pérdida de memoria a corto plazo", para poder olvidarme aunque sea un rato de las responsabilidades... Sin embargo, la parte más horrible no son ellas en sí, sino cuando a uno se le escapan de las manos y mete la pata hasta el fondo. O sea, las irresponsabilidades. Y ser irresponsable es la peor carta que uno puede tener en este juego de adultos, porque para los demás te transformas en inmaduro, o sea, un niño en cuerpo de adulto, que no puede salir a jugar pero que tampoco es capaz de hacer cosas de grandes. Una tragedia la verdad, que pierdas la confianza de las personas... eso sí que es ser una persona discapacitada.

Responsabilidades... de verdad apestan. Lamentablemente, una vez que pasamos la edad de las graduaciones y los ideales, ellas nunca nos abandonan. Es imposible evitarlas. Son hasta extorsionistas: es como que te dijeran "O te encargas de nosotros, o sufrirás las consecuencias"... Aunque igual, y a pesar de todo, ser adulto tiene sus beneficios.


[¡Pero las responsabilidades apestan!]